Entre el pasado jueves 31 de julio y el domingo 3 de agosto fue realizada la segunda Scalada – Juvenil Scalabriniana en la ciudad de Ibarra, Ecuador. Participaron jóvenes de las nacionalidades venezolana, colombiana y ecuatoriana. La Scalada es fruto de una historia construida, vivenciada y celebrada por adolescentes, jóvenes y sus familias.
Escalar no solo nos ayuda a desarrollar nuestra agilidad en el sentido físico: también nos exige estar alertas y reaccionar con rapidez. Mientras estamos en plena expedición, debemos tomar decisiones ágiles y confiar en nuestro instinto. En este sentido, la Scalada invita a conocernos mejor. Escalando desarrollamos nuevas habilidades y capacidades personales, como la autoobservación y el autoconocimiento.
Esta experiencia llevó a reconocer y celebrar la acción amorosa de Dios en este peregrinar de fe y de esperanza. Es imposible medir la abundancia de la gracias, que, a lo largo de estos años, muchos de jóvenes y adolescentes que a través de la Scalada se despertaron para la sensibilización y compromiso de vivir y llevar a todos y todas, especialmente a los migrantes, con alegría y simplicidad la acogida y el amor del Cristo que peregrina con los peregrinos.
En una época de cambios socioculturales que afectan el mundo, especialmente en lo que se relaciona con la juventud, trayendo serios desafíos, aumentan a cada día el número de jóvenes que son obligados a salir con sus familias de sus lugares de origen en busca de salvar sus vidas y en busca de mejores condiciones de vida y eso se refleja en el fenómeno de la movilidad humana y migración.
Es importante recordar que los jóvenes y adolescentes, “representan un enorme potencial para el presente y el futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misionarios. Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación y de ser amigos y discípulos de Cristo. Son llamados a ser centinelas de la mañana, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios”
“Caminar…ir Alén! ¡Subir a la procura de alguien! Subir…sin detenerse. ¡Deslumbrando paisajes! ¡Caminar …descubrir …subir tan lejos para ver tan cerca!”















Por Hna Leda Aparecida Reis, mscs, con el Servicio de Comunicación